Un homenaje sin nostalgia. Doroteo es historia embotellada, de una cepa plantada en 1920, aún en producción. Es un Tempranillo viejo, de raíces profundas, que destila energía contenida y precisión mineral. Sin maquillaje. Solo identidad.
Color: Rubí oscuro con ribetes granate, capa alta, y una textura casi oleosa.
Nariz: Complejísima. Fruta negra muy madura, lavanda seca, grafito, cuero curtido, té negro, y un fondo de resina y tierra seca. Nariz más de suelo que de bodega.
Boca: Directo, largo y vertical. Tanino sobrio, sin rugosidad. Paso por boca con notas de ciruela negra, roca caliente, hojas secas y un punto salino que lo eleva. Es un vino que no se impone: se impone el silencio cuando se bebe.
Maridaje: Solo platos que respeten su altura: venado en civet, foie a la sartén con reducción de vino, cordero confitado, o una torta del casar bien afinada. Idealmente, servido en silencio.