No es un crianza cualquiera. Es el latido joven y preciso de Pedrosa de Duero. Crianza 2022 mantiene la pureza del Tempranillo sin exceso de maquillaje: selección de viñedos, barrica bien usada y un equilibrio que es casi una firma.
Color: Rojo rubí con reflejos cereza, capa media-alta, vibrante y claro.
Nariz: Limpia y franca, con fruta roja fresca (cereza, frambuesa), un fondo de vainilla muy sutil, piedra mojada y un toque de tomillo seco que le da un carácter casi serrano.
Boca: Preciso, sin relleno. Tanino fino, nervioso pero domesticado. Paso ágil, con sabores de arándano, canela, madera tostada muy leve y un final que refresca más que pesa. Es crianza con cerebro, no con músculos.
Maridaje: Perfecto con pollo de corral al horno, judiones estofados, escalopes empanados o queso zamorano. Se mueve cómodo entre la tradición y la ligereza.