Emilio Moro 2022 es la columna vertebral de la casa, el vino que mejor expresa la visión contemporánea del Tempranillo ribereño: accesible, expresivo y serio, pero sin rigidez. Procede de viñedos de entre 15 y 25 años, cultivados en altitud, con una crianza de unos 12 meses en roble francés y americano.
Color: Rojo cereza con ribete violáceo, vivo, brillante, sin sobreextracción. Capa media-alta, con fluidez marcada.
Nariz: Directa y sin artificios. Aparecen notas de fresa ácida, ciruela roja, un trazo claro de pimienta rosa y algo de canela en rama. Hay también un fondo de terracota húmeda, lo que aporta un carácter terroso muy ligado al origen.
Boca: Precisa y vertical, con un perfil más fresco que voluptuoso. Tanino limpio, grano fino, tacto amable. Se repite la fruta roja —más crujiente que madura— acompañada de ligeros apuntes de hoja seca, roble cremoso y un final que deja un leve amargor elegante, como de piel de granada.
Maridaje: Va muy bien con embutidos ibéricos finos, carnes blancas guisadas, arroces de setas o un bacalao ajoarriero. Es un vino que prefiere lo auténtico y bien hecho antes que lo ostentoso.