Carmelo Rodero Crianza 2022 es la definición de una Ribera pulida, musculosa y moderna, pero sin perder su raíz castellana. Procedente de viñedos de más de 30 años, en las laderas de Pedrosa de Duero, combina el empuje del Tempranillo con la tensión justa de un toque de Cabernet Sauvignon, todo afinado durante 15 meses en roble francés.
Color: Rojo cereza de capa media-alta, con destellos púrpura. Brillante y vivo, se mueve con agilidad en la copa sin perder densidad.
Nariz: Primera impresión golosa, con fruta negra en confitura —arándano, grosella— seguida de toques de madera tostada, hoja de tabaco fresca y un fondo limpio de hierba seca. A medida que se abre, aparecen notas de grafito, vainilla ligera y un leve toque lácteo.
Boca: Trago directo, redondo y envolvente. Tanino amable pero presente, con una textura jugosa y un fondo de ciruela negra, especias suaves y cacao fino. Hay equilibrio entre la fruta y la crianza, sin excesos. El final es fresco, con una sensación de madurez bien resuelta, sin pesadez.
Maridaje: Se mueve bien entre lo clásico y lo actual. Perfecto con una hamburguesa gourmet de vaca vieja, pluma ibérica a la brasa, berenjenas rellenas, o incluso un guiso de alubias con matanza. Es un crianza con traje de etiqueta y alma de pueblo.