Arzuaga Reserva 2020 no es solo un vino de guarda, es un ejercicio de poder contenido. Procedente de viñedos de más de 80 años ubicados en la «milla de oro» de la Ribera, su elaboración es minuciosa, con una crianza de 30 meses en barrica francesa que no tapa, sino moldea.
Color: Rojo picota con destellos rubí y una capa altísima. Brillante, denso, con lágrima espesa. Un vino que ya en la copa marca presencia.
Nariz: Compleja y sobria. Se abre lentamente con notas de ciruela negra, hoja de tabaco, café molido, y ese inconfundible fondo de hierbas secas y sotobosque que da carácter. La madera aparece, pero no grita: cedro, vainilla tostada, pimienta negra y un toque de canela vieja.
Boca: Paso serio, envolvente, con un tanino firme pero sedoso que construye sin molestar. El vino avanza con ritmo: fruta negra, piedra caliente, cuero y un final profundo y ligeramente amargo, con eco de crianza larga bien resuelta. Se siente su linaje.
Maridaje: Este vino pide un entorno sereno: solomillo de ternera gallega, paletilla de cordero, rabo de toro, o incluso un risotto de boletus con reducción de carne. Mejor servido con tiempo, silencio y una copa de cristal fino.